El momento más importante del año en el calendario de la cultura japonesa, antiguamente coincidía con el calendario chino, es decir, la celebración tenía inicio cuando comenzaba la primavera, pero desde 1873, hace más de dos siglos, las reglas cambiaron para adaptarse al calendario gregoriano.

La celebración del nuevo año japonés es diferente a lo que conocemos en occidente ya que allí las celebraciones se realizan durante tres días, los últimos del año, y en este lapso de tiempo cada persona en todo el territorio a modo de celebración solo hace los trabajos más necesarios de su día a día, es decir, las cosas fundamentales o necesarias para así ganar tiempo y poder usarlo con su familia y gente más allegada con la que se juntan en casas y se acostumbra jugar a juegos tradicionales nipones y disfrutar platos típicos que pueden incluir pasta, arroz o pescado dependiendo de la región del país en la que se esté.

Además, también se organiza una profunda limpieza de las casas, como un símbolo de renovación, limpieza de energías y cambio de ambiente, las cosas son luego decoradas con “kadomatsus”, que son una especie de pinos decorativos que representan la longevidad, es decir, toda esta celebración evoca buenos momentos para los nuevos días que se espera que sean muchísimos. Este ritual debe hacerse el 14 de diciembre porque después de esa fecha, por temas ambientales y de clima, está prohibido ir a cortar pinos a las montañas, en cualquier región del Japón, y como dura todo un mes, este árbol decorativo se mantiene hasta el 14 de enero en cada casa.

Entonces, ¡Que lleguen las nuevas energías para el nuevo año y que sean los mejores días para celebrar!